Aquí a nadie hacen pendeja. Yo no hablo sin fundamentos. Si dije lo que dije, es porque tengo, término vulgo, los pelos de la burra en la mano.
Me caga la gente hipócrita, por eso expongo aquí el terrible caso del antifan que se hacía pasar por fan que se hacía pasar por antifan.
No ahondaré en detalles, pero digamos que hay una persona que consideras tu amigo. No el mejor, pero sí uno de los más cercanos, con el que hay la confianza de platicar de lo que sea.
Tu amigo lee tu blog, una que otra vez comenta, deja saludos y ya. Al mismo tiempo, el antifan de tu blog regresa y te deja lo de siempre "gorda, fea, perdedora"... o sea, nada nuevo bajo el sol.
Y un día, una duda comienza a crecer en ti. Porque, ¿y qué tal si el antifan es alguien que sí conoces? Parece saber too much. En sus últimos mensajes, decides bloquearlo de nueva cuenta, para descubir que ¡oh my god! ¡La IP es la misma!
Oh, Jesus el Cristo, todo este tiempo he vivido engañada, snif snif. Pero estos jueguitos duran sólo un rato, hasta que alguien comienza a interesarse (como en este caso) en investigar un poco más y descubrir el engaño.
Prrrrt.
Pero no crean que me molestan los antifans. Lo que me molestan son los mentirosos y los hipócritas. Como en este caso, el antifan me juzgaba por gorda y fea y yo qué sé qué otras cosas que no me han impedido los placeres de la vida. Es una lástima que no tengo una foto de mi "former friend", quien, en un espíritu muy hipócrita, muy muy muy hipócrita, se escondió tras una identidad alterna para llamarme nombres que seguramente él ha escuchado toda su vida.
No sólo es gordo, además chichón. Y feo... no sólo por naturaleza, también por esfuerzo propio, al cultivar una barba y un bigote descuidados, irregulares y excesivamente largos, sobre unos labios gordos como el resto de su fisonomía. Su mejor atributo, su largo cabello sedoso y negro, decidió perderlo por quién sabe qué razones. Así que cuando se rapó, ay Diohmío, qué horror. No había manera de considerarlo siquiera como mi mamá dice cuando no quiere herir mis sentimientos y dice "no es feo". Ni eso se puede decir de él.
Y ustedes saben que yo no soy criticona al respecto, pero por favor, bien dicen que el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Y en este caso, al pobre seguramente ya lo habían apedreado antes. ¿Entonces de qué se trata ésto? ¿Desquitarse conmigo? Oooook...
Pero en fin... a mí me valen los antifans, pero es triste descubrir que es gente en quien confías y abusan de esa confianza. Y encima, ENCIMA DE TODO ESO, tienen el descaro de decir "pero yo no fui" cuando las pruebas ahí están.
¿No te das tristeza? ¿De verdad no te das cuenta de lo patético que eres? Y todavía peor: llorando con MIS amigas. Oh sí, cretino, que te quede bien claro. Son mis amigas, no las tuyas. Y nunca les pediré que tomen partido, pero te puedo asegurar que cuando eso tenga que pasar, no estarán en tu equipo.
Qué pena que hayas creido que te ibas a salir con la tuya, subestimas a esta Bruja. Qué pena que después ni siquiera tengas los huevos para aceptar tu error. Y qué pena que utilices "defectos" míos para criticarme, de los cuales tú también padeces.
Y parece que el que termina perdiendo más no soy yo.
Me caga la gente hipócrita, por eso expongo aquí el terrible caso del antifan que se hacía pasar por fan que se hacía pasar por antifan.
No ahondaré en detalles, pero digamos que hay una persona que consideras tu amigo. No el mejor, pero sí uno de los más cercanos, con el que hay la confianza de platicar de lo que sea.
Tu amigo lee tu blog, una que otra vez comenta, deja saludos y ya. Al mismo tiempo, el antifan de tu blog regresa y te deja lo de siempre "gorda, fea, perdedora"... o sea, nada nuevo bajo el sol.
Y un día, una duda comienza a crecer en ti. Porque, ¿y qué tal si el antifan es alguien que sí conoces? Parece saber too much. En sus últimos mensajes, decides bloquearlo de nueva cuenta, para descubir que ¡oh my god! ¡La IP es la misma!
Oh, Jesus el Cristo, todo este tiempo he vivido engañada, snif snif. Pero estos jueguitos duran sólo un rato, hasta que alguien comienza a interesarse (como en este caso) en investigar un poco más y descubrir el engaño.
Prrrrt.
Pero no crean que me molestan los antifans. Lo que me molestan son los mentirosos y los hipócritas. Como en este caso, el antifan me juzgaba por gorda y fea y yo qué sé qué otras cosas que no me han impedido los placeres de la vida. Es una lástima que no tengo una foto de mi "former friend", quien, en un espíritu muy hipócrita, muy muy muy hipócrita, se escondió tras una identidad alterna para llamarme nombres que seguramente él ha escuchado toda su vida.
No sólo es gordo, además chichón. Y feo... no sólo por naturaleza, también por esfuerzo propio, al cultivar una barba y un bigote descuidados, irregulares y excesivamente largos, sobre unos labios gordos como el resto de su fisonomía. Su mejor atributo, su largo cabello sedoso y negro, decidió perderlo por quién sabe qué razones. Así que cuando se rapó, ay Diohmío, qué horror. No había manera de considerarlo siquiera como mi mamá dice cuando no quiere herir mis sentimientos y dice "no es feo". Ni eso se puede decir de él.
Y ustedes saben que yo no soy criticona al respecto, pero por favor, bien dicen que el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Y en este caso, al pobre seguramente ya lo habían apedreado antes. ¿Entonces de qué se trata ésto? ¿Desquitarse conmigo? Oooook...
Pero en fin... a mí me valen los antifans, pero es triste descubrir que es gente en quien confías y abusan de esa confianza. Y encima, ENCIMA DE TODO ESO, tienen el descaro de decir "pero yo no fui" cuando las pruebas ahí están.
¿No te das tristeza? ¿De verdad no te das cuenta de lo patético que eres? Y todavía peor: llorando con MIS amigas. Oh sí, cretino, que te quede bien claro. Son mis amigas, no las tuyas. Y nunca les pediré que tomen partido, pero te puedo asegurar que cuando eso tenga que pasar, no estarán en tu equipo.
Qué pena que hayas creido que te ibas a salir con la tuya, subestimas a esta Bruja. Qué pena que después ni siquiera tengas los huevos para aceptar tu error. Y qué pena que utilices "defectos" míos para criticarme, de los cuales tú también padeces.