... y ahora el copión de Manuel Uribe, el gordo gordísimo de Monterrey.
Pues resulta que este gordo Uribe, tenía un copión, José Luis Garza. Uno de los hombres más gordos del mundo, como su paisano Uribe, a diferencia que este ya se petateó.
O sea... es que pobrecito, hace nueve meses sus papacitos se murieron de viejos y pues... se deprimió y pues... se puso a comer.
Y se murió de insuficiencia cardiaca.
Pero ya, en buena onda, la obesidad no es cosa de risa. Yo sufro de obesidad y les voy a ser sincera: yo también me como mis sentimientos, especialmente con chocolate y Coca Cola. Y desearía no hacerlo, pero a veces, cuando nadie mira, mi fuerza de voluntad flaquea y me ando comiendo conejitos Turín (que por cierto ya apareció, el culero se escondió tras la televisión, que con el calor le deformó el rosto, lero lero, por culero).
Y muchos dirán "ay, pues qué pendejos los que se comen sus sentimientos". Pues qué pendejos entonces los que se tiran del bungee buscando adrenalina, qué pendejos los que juegan gotcha, qué pendejos los drogadictos, los alcohólicos, los adictos al sexo, los adictos al trabajo. Pero no, no es ser pendejo, es una adicción.
Todos tenemos nuestra droga, son pocos los afortunados que no necesitan nada para llenar sus vacíos. Envidia de la buena. Pero todos en algún nivel tenemos alguna dependencia. Y ninguna dependencia es buena. Las podemos combatir, sí. Pero cuesta trabajo y se requiere de apoyo, la fuerza de voluntad personal no es suficiente.
Todo esto a raíz de que llevo unos días corriendo con mi papá. Hoy no lo hicimos por falta de carro (vamos a correr a Chapul). ¿Saben a qué hora me desperté? ¡A las 12 del día! O sea, goeeeeeeei. Llevo días despertándome a las 6 am, a veces sólo con 4 horas de sueño por desvelarme platicando con algunos de ustedes y aún así he estado pasando unos días de lo más ricos. No ando cansada, no tengo sueño después de comer, no me da hambre entre comidas. ¿A poco no suena bien padre? Pero sé que sin el apoyo y la motivación de mi santo padre, no lo lograría.
Y ya, mucha seriedad en el post.
Pues resulta que este gordo Uribe, tenía un copión, José Luis Garza. Uno de los hombres más gordos del mundo, como su paisano Uribe, a diferencia que este ya se petateó.
O sea... es que pobrecito, hace nueve meses sus papacitos se murieron de viejos y pues... se deprimió y pues... se puso a comer.
Y se murió de insuficiencia cardiaca.
Pero ya, en buena onda, la obesidad no es cosa de risa. Yo sufro de obesidad y les voy a ser sincera: yo también me como mis sentimientos, especialmente con chocolate y Coca Cola. Y desearía no hacerlo, pero a veces, cuando nadie mira, mi fuerza de voluntad flaquea y me ando comiendo conejitos Turín (que por cierto ya apareció, el culero se escondió tras la televisión, que con el calor le deformó el rosto, lero lero, por culero).
Y muchos dirán "ay, pues qué pendejos los que se comen sus sentimientos". Pues qué pendejos entonces los que se tiran del bungee buscando adrenalina, qué pendejos los que juegan gotcha, qué pendejos los drogadictos, los alcohólicos, los adictos al sexo, los adictos al trabajo. Pero no, no es ser pendejo, es una adicción.
Todos tenemos nuestra droga, son pocos los afortunados que no necesitan nada para llenar sus vacíos. Envidia de la buena. Pero todos en algún nivel tenemos alguna dependencia. Y ninguna dependencia es buena. Las podemos combatir, sí. Pero cuesta trabajo y se requiere de apoyo, la fuerza de voluntad personal no es suficiente.
Todo esto a raíz de que llevo unos días corriendo con mi papá. Hoy no lo hicimos por falta de carro (vamos a correr a Chapul). ¿Saben a qué hora me desperté? ¡A las 12 del día! O sea, goeeeeeeei. Llevo días despertándome a las 6 am, a veces sólo con 4 horas de sueño por desvelarme platicando con algunos de ustedes y aún así he estado pasando unos días de lo más ricos. No ando cansada, no tengo sueño después de comer, no me da hambre entre comidas. ¿A poco no suena bien padre? Pero sé que sin el apoyo y la motivación de mi santo padre, no lo lograría.
Y ya, mucha seriedad en el post.
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