¡Ahora resulta!

Quien me conoce, sabe que AMO el chocolate. Muchos de ustedes por Twitter se enteraron que incluso hasta hace poco tenía una relación hermosa con él.
De hecho, él es quien me consuela cada que me rompen el corazón. O medio me baja las ganas cuando ando horny. A veces nomás me las pone peor, pero eso es cuando ya está listo algún canchanchán para bajármelas.
Como sea, digo hasta hace poco, porque en la semana, mi mamá me trajo un conejito de Turín. Me lo saboreaba con verdadero deseo. Pensaba "nada más termino esto y las orejas del conejito serán lo primero que devore... ¿pero se las chuparé, se las morderé o se las lameré?". Así es, muchachitos, chupar y lamer no es lo mismo, ni para el chocolate ni para otra cosa.
Cuando terminé lo que tenía que hacer, me levanté a buscar mi conejito (el de chocolate, el otro sé exactamente dónde está) y ¡no estaba! El hijueputa desapareció. Sin razón, sin aviso. Sin despedidas. Como muchos otros hijueputas que han atravesado mi vida.

Y le lloré más que a cualquiera de todos esos hijueputas... bueno, más que a casi todos. Pero lo disculpé, porque era la primera vez en 26 años que el chocolate me decepcionaba.

Sin embargo, hoy el chocolate ha hecho otra cosa que a ningún hijueputa le permitiría hacer: DECIRME QUÉ HACER CON MI VIDA.

Joder, que ya nomás me faltaba que hasta el chocolate me dijera qué pedo. ¿Qué cree que no me basta con mi mamá, mi papá, mi hermana, mis tías, una que otra de mis amigas, uno que otro de mis quereres y exquereres, la gente de la tele, la publicidad y la voz culerita de la vieja cuarentona del sistema amigo cuando se agota mi saldo? NO, NO LO PERMITO, NO ES POSIBLE.

Y dirán "ajá, ahora resulta que el chocolate camina y habla". Carajo, yo tampoco me lo explico, yo nomás sé que cuando me lo como me hace feliz (el chocolate... y pa' qué me hago pendeja, también otras cosas). Pero de verdad que ese conejito Turín sigue sin aparecer y sobre el chocolate diciéndome cosas, aquí la evidencia.

Este es el nombre del chocolate que se quiere pasar de culerito con yourstruly. No lo compren, amiguis. Es el diablo. Y ese es mi sexy pie enfundado en uno de sus mejores numeritos.

Aquí la evidencia. "Aprende algo de todos los que conoces". Ah chingá... ¿y tú cuándo me has preguntado cómo me siento, en qué estoy pensando, qué hice en el día? Eso es lo bonito de nuestra relación, chocolate: te busco cuando te necesito, cuando necesito que me hagas sentir bien. No te busco para hablar contigo de mis sentimientos, sólo para ahogarlos en los dulces placeres de tu suave carne. ¡No necesito que me digas qué hacer!


Estoy profundamente encabronada con el chocolate. Ahora necesito un hombre para sustituir la falta de Theobroma cacao en mi organismo. O en el peor de los casos, ¿saben qué va a pasar? Que me entregue en totalidad al traicionero amor del licor.







Outro: y para acabarla de amolar, me compré una cerveza Young's Double Chocolate (en su momento parecía una magnífica idea: cerveza y chocolate, sólo échale un rib eye steak a la ecuación y la vida sería perfecta). Al probarla, sentí una profunda decepción. No sabía en absoluto ni siquiera a un chocolate, ya no digamos doble. Era cerveza que dejaba un sabor muy tenue a café al tragarla.