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Friday, October 23, 2009

Meat eaters we are...

L'otro día fuimos a comer a la Fonda Argentina. Y en la entrada tienen un como fogón de demostración o yo qué sé, pero ahí tenían colgadas carnes, un cabrito y bueeeeno, mi mirada se fue directamente a un trío de huesos enormes, muy a la BrontoRibs de los Picapiedra.

Si bien mis papás aguantaron la tentación, yo no pude evitarlo...

Uuuuhhmmmm... carnota...


Uuuuhhmmm... carnota con cerveeeezaaaa...


Mñe... la carnita de mi papá.

Y la carnita todavía más pequeña de mi mamá... prrrt. Son un par de mariquitas gastronómicos.

Sunday, September 06, 2009

Sibarita

Los más cercanos a mí saben que paso muchísimo tiempo con mis padres. A diferencia de muchos "de mi edad", yo disfruto mucho pasar tiempo con ellos, juntos o por separado.

Una de las cosas padres que disfrutamos juntos, es la comida. Especialmente mi papá. Es de buen diente, como yo mera. Entonces cuando salimos a comer, procuramos que sea algo especial. O si de plano el antojo es mucho, pues no tan especial. Sin embargo, casi siempre lo es.

Como cuando fuimos a comer a una fondita que está en la orilla de un charco en Chapultepec. Ya hemos ido anteriormente, al buffet de los fines de semana y queríamos ir una noche a escuchar la big band. Pero en esta particular ocasión fuimos a celebrar el cumpleaños retrasado de mi mamá (y no porque tenga síndrome de Down, sino que el mero día de su cumpleaños mi mamá tuvo que ir al entierro de mi primo en Aguascalientes).

Yo me comí una deliciosa sopa de mariscos en una hogaza de pan, que olvidé fotografiar y complementé con un delishhhhh filete rosita con un gravy bien rico. Así, simple pero muuuuy sustancioso. Sin más adorno que el riquísimo aroma que se desprendía.

Mi mamá pidió cerdo, en una salsa de champiñones y vino tinto. ¡Ah, cosa más rica! La carne suavecita y el puré recién hecho. Se los puedo asegurar, en cuestión de purés de papa, mi mamá y yo somos expertas.

Mi papá a donde va, pide pescado y ese día no fue la excepción. Si bien la porción no fue generosa como en mi caso y el de mi mamá, el sabor del platillo también estaba muy por encima de la norma.

También les había ya platicado de Musuko, el restaurante japonés que está en Nuevo León y Campeche, pero muy por encimita les conté que está bien rico.

Bueno, pero fui nuevamente el viernes (normalmente vamos los jueves, que hay descuento para mujeres). Y pedí otra vez banderillas de corazón de pollo (¡delish! suenan raro, pero son de lo más rico) y...

Plato de tempura mixto. Lo más rico son los enjambres de zanahoria y calabaza rayadas y los calamares. Pero TODO el plato es la cosa más rica del mundo.

Mi papá siempre se pide un plato de tepanyaki con sierra. El pescado siempre está bien rico y las verduras, ¡yum!

Sushi Ume. Ocho piezas variaditas de sushi. La única que ascoooooo es la de mero hasta el frente, que es de huevo o así sabe, pero no es normal. Fuera de eso, todos los pescados usados están frescos, limpiecitos y bien armados.

La bendita sopa de res con verduras y fideos cristal. ¡Riquísima! El caldo solito está excelente, pero incluye verduritas, esos fideos riquísimos, carne y tiene el tamaño ideal, no como el ramen gigantón que no te acabas.

También la semana pasada fuimos al Danubio, restaurante en el Centro de muuuucha tradición y de dedito parado y achú salud aygraciasaydenada. Pero olvidé sacar el celular y tenerlo listo. Sin embargo les cuento el menú. Mío: cocktail de abulón natural, una delicia; langostinos a la plancha, cn ajo y mantequilla. El Heffer: cocktail de pulpo y filete de pescado rebozado. La Coco: salmón. Todo bien rico, generoso y... pero aquí sí está bien caro. $180 nomás el puro abulón. Pero todo implica un gasto y el servicio, no sólo muy bueno sino además rápido y dedicado, valía cada centavo (me cambiaron el plato de las basuritas de los langostinos como 4 veces y tuvimos un mesero parado junto a la mesa todo el tiempo).

Otra cosa en la que hemos pasado mucho... déjenme enfatizar... MUUUUUUCHO tiempo juntos, es jugando Rummy. No sólo nos hemos vuelto adictos. También lo hemos hecho un hábito y además hemos dejado entrar a alguien a nuestro círculo (Bk... ¿te divertiste, neta? ¿O te aburrió? jajajaj). A veces lo hacemos echando el trago, que es más divertido. Pero hasta hemos dejado de ir al cine por quedarnos a jugar, es gracioso.



Está de más decir quién gana la gran mayoría de las veces... ¡si no es que siempre!

Wednesday, February 11, 2009

Fui a comer a Musuko...

... que es parte del Grupo Daikoku, que incluye restaurantes y academias de enseñanza alrededor de la cultura japonesa. Yo tengo, como quien dice, interés en tomar clases de arreglo floral.

Sí, yo también hago cosas lindas.

El caso es que ese no es el caso. El caso es que fui el lunes a comer a Musuko, que está en Nuevo León y Campeche. Quién sabe desde cuándo quería ir y por fin convencí a los jefes de ir. Llegamos y mi primer impresión fue gachísima. Pedí té helado natural y me trajeron una tetera con el té caliente y un vaso con hielos ¡y el té era verde!

Asca. Luego pedí té de lata y resultó que también era té verde. O sea, pueden tener Coca, Mirinda y la mamada de Jesús, ¿pero no Nestea de sabor Nestea, o sea té negro? Total terminé bebiendo Coca Zero.

Pero namás de darle un vistazo al menú, se me hizo agüita la canoota. Machín, todo se me antojaba. Y acá entre nos, la comida está a un precio muuuuuy accesible. Neta que yo esperaba precios Daruma o un pedo así, pero nel. Muy bonito todo, muy armonioso. Pues que se me ocurre pedir un eggroll de entrada, un rollo arcoíris y un tazón de Ramen chasu.

jijijiji, oh craso error.

Encima al jefe se le ocurrió pedir unas banderillas. La mía, de salmón con queso, riquísima. Me recordó las croquetitas de Mikasa, de pollo y queso. Así de buena estaba. De pronto, veo que traen dos cacerolas de sopa, una para el jefe y la otra para mí. ¡Esa era TODA mi sopa! Y luego el eggroll y luego el sushi... me he metido un atascón oriental increíble.

Decidí dejar espacio para el postre, un mousse de chocolate con una como jaleita de fruta que le daba un toque bieeeen rico.






Pude tomar unas poquitas fotos, porque la verdad me dediqué a comer con soltura. Ah y me encontré a Roco, de la Maldita Vecindad, pero se portó re mamón cuando lo saludé. O sea, nomás quería saludarlo y ya, decirle que qué chido que a sus hijas les gustara 31 Minutos, pero uta, cuando le dije "hola, disculpa..." puso cara de "oooootra vez..." y me cagó la madre y nomás por joderlo, le dije "tómate una foto conmigo". Pero como nomás lo hice por joder, no pegaré la foto aquí, además salgo bien pinche fea yo, extrañamente porque ese día estaba hermosísima.

El caso es que, vayan a Musuko, es riquísimo y hay días de descuentos. Lunes y jueves, 40% para mujeres, martes y viernes 40% a hombres y luego hay barra libre baratísima y bieeeeeeen buena. No quiero imaginarme qué podría comer yo en una barra libre así.

Si quieren invitarme, todavía tengo la agenda abierta hasta el miércoles. Jueves ya no, porque sale mi avión. Snif... siento feo al decirlo: sale mi avión, buaaaaaaaaaaaaaaaaaa.

Wednesday, July 18, 2007

Mastica bien tu comida... o ella te va a masticar a tí.

Un restaurante taiwanés, en la ciudad portuaria de Kaohsiung, se sirven mensualmente alrededor de 600 kg. de carne de cocodrilo.

En el menú, podrás encontrar delicadezas como Tail a l'orange, Claws Provenze, Inners Tartar... nah, me inventé los nombres, pero los dos hermanos que se han hecho cargo del negocio familiar en las pasadas dos décadas, sí sirven cola, garras y entrañas de cocodrilo como platillos gourmet en su restaurante.

Según estos dos taiwaneses, el cocodrilo es comestible de cola a cabeza, incluyendo intestinos y demás órganos internos. Incluso, en competencias gastronómicas internacionales, su peculiar cocina ha ganado importantes premios.

La sopa de cocodrilo es el platillo más popular del menú, hecha con cocodrilos jóvenes de dos o tres años, alimentados con anguila sólamente; además se dice que la piel de cocodrilo, que normalmente iría a la producción de carteras y cinturones, tiene propiedades estéticas atractivas para la mujer, debido a su alto contenido de colágeno.

Así que si andas por el sur de Taiwán y quieres tener una envidiable cabellera y uñas fuertes y hermosas, no dudes en visitar este fino establecimiento. Ah, pero mis fuentes me indican que no hay que viajar tan lejos: en el mismo estado del sol, Florida, también se encuentran restaurantes clandestinos donde uno puede comer lagartote. Bon apetit!!



* Con información e imágenes de Reuters.