Cuando la tierra aún era plana y las nubes estaban hechas de fuego y las montañas se estiraban hasta el cielo, incluso a veces más alto; la gente rondaba por la tierra como grandes barriles rodantes, tenían dos pares de brazos, tenían dos pares de piernas. Tenían dos caras que salían de una cabeza gigante, de manera que podían ver a su alrededor mientras hablaban, mientras leían. Y ellos nunca supieron nada del amor. Eso fue antes del origen del amor.
Y había tres sexos entonces: uno, que parecían dos hombres pegados espalda con espalda, llamados los Hijos del Sol. Similares en forma y circunferencia, estaban las Hijas de la Tierra, parecían dos chicas en una misma. Y los Hijos de la Luna eran como un tenedor metido con una cuchara. Eran parte sol, parte tierra, parte hija, parte hijo.
Y bien, los dioses comenzaron a asustarse, de nuestra fuerza y desafío. Thor dijo "los voy a matar a todos ellos con mi martillo, como maté a los gigantes". Y Zeus dijo "¡No!, mejor déjenme usar mis rayos como tijeras, como corté las piernas de las ballenas y a los dinosaurios en lagartos". Entonces él tomó algunos relámpagos y dejó escapar una carcajada diciendo: "Los dividiré justo por el medio, los cortaré justo a la mitad". Entonces, nubes de tormenta comenzaron a juntarse arriba, formando grandes bolas de fuego.
Y entonces fuego fue disparado hacia abajo desde el cielo, en relámpagos, como navajas brillantes de un cuchillo. Y rasgaron justro a través de la carne de los Hijos del Sol, la Luna y la Tierra. Y algún dios hindú cosió la herida en un hoyo que puso en nuestra barriga, para recordarnos el precio que pagamos. Y Osiris y los dioses del Nilo concentraron una gran tormenta para soplar un huracán que nos esparciera, en una inundación de viento y lluvia y un mar de olas que nos borrara a todos. Y si no nos comportamos, nos volverán a cortar por la mitad y estaremos rebotando por ahí en un pie y mirando a través de un ojo.
La última vez que te vi, justo nos habíamos dividido en dos. Tú me estabas mirando y yo te miraba a ti. Tenías algo tan familiar, pero no lo pude reconocer porque tú tenías sangre en tu cara y yo tenía sangre en mis ojos. Pero podría jurar por tu expresión que el dolor en tu alma era el mismo que yo tenía en la mía. Ese es el dolor que corta en una línea derecha, justo a través del corazón. Nosotros lo llamamos amor. Así que nos rodeamos con los brazos el uno al otro, tratando de unirnos nuevamente. Estábamos haciendo el amor, haciendo el amor. Era una tarde fría y oscura, hace ya tanto tiempo cuando por la poderosa mano de Jehová, la triste historia, de cómo nos convertimos en solitarias criaturas de dos piernas; es la historia del origen del amor. Ese es el origen del amor.
Y había tres sexos entonces: uno, que parecían dos hombres pegados espalda con espalda, llamados los Hijos del Sol. Similares en forma y circunferencia, estaban las Hijas de la Tierra, parecían dos chicas en una misma. Y los Hijos de la Luna eran como un tenedor metido con una cuchara. Eran parte sol, parte tierra, parte hija, parte hijo.
Y bien, los dioses comenzaron a asustarse, de nuestra fuerza y desafío. Thor dijo "los voy a matar a todos ellos con mi martillo, como maté a los gigantes". Y Zeus dijo "¡No!, mejor déjenme usar mis rayos como tijeras, como corté las piernas de las ballenas y a los dinosaurios en lagartos". Entonces él tomó algunos relámpagos y dejó escapar una carcajada diciendo: "Los dividiré justo por el medio, los cortaré justo a la mitad". Entonces, nubes de tormenta comenzaron a juntarse arriba, formando grandes bolas de fuego.
Y entonces fuego fue disparado hacia abajo desde el cielo, en relámpagos, como navajas brillantes de un cuchillo. Y rasgaron justro a través de la carne de los Hijos del Sol, la Luna y la Tierra. Y algún dios hindú cosió la herida en un hoyo que puso en nuestra barriga, para recordarnos el precio que pagamos. Y Osiris y los dioses del Nilo concentraron una gran tormenta para soplar un huracán que nos esparciera, en una inundación de viento y lluvia y un mar de olas que nos borrara a todos. Y si no nos comportamos, nos volverán a cortar por la mitad y estaremos rebotando por ahí en un pie y mirando a través de un ojo.
La última vez que te vi, justo nos habíamos dividido en dos. Tú me estabas mirando y yo te miraba a ti. Tenías algo tan familiar, pero no lo pude reconocer porque tú tenías sangre en tu cara y yo tenía sangre en mis ojos. Pero podría jurar por tu expresión que el dolor en tu alma era el mismo que yo tenía en la mía. Ese es el dolor que corta en una línea derecha, justo a través del corazón. Nosotros lo llamamos amor. Así que nos rodeamos con los brazos el uno al otro, tratando de unirnos nuevamente. Estábamos haciendo el amor, haciendo el amor. Era una tarde fría y oscura, hace ya tanto tiempo cuando por la poderosa mano de Jehová, la triste historia, de cómo nos convertimos en solitarias criaturas de dos piernas; es la historia del origen del amor. Ese es el origen del amor.
Hedwig & the Angry Inch es posiblemente mi película favorita. Tanto por el argumento, como por la banda sonora, que es una joya musical y lírica. Cada una de las canciones es una historia que se cuenta por sí sola. Cada una de sus canciones podría ser una película. Una en particular es ésta: El Origen del Amor. Cuenta la historia de que nuestra búsqueda del amor no es más que la búsqueda de esa mitad que perdimos al principio de los tiempos, cuando los envidiosos dioses decidieron partirnos a la mitad.
Disclaimer: no se confunda este post con una declaración de amor o un estado de ánimo. Es más bien un estado de mente, en el cual una se siente tan bien, que hasta ganas dan de enamorarse para echar todo a perder. Seeeeeee, el amor a veces apesta las cosas.
Pero hoy, a pesar de todo y de nada, siento que cuando pasan cosas malas, sólo hay que recordar algo tan maravillosamente embrutecedor como el amor, para olvidarse de esas cositas que a veces nos hacen sentir miserables. Dejar atrás los rencores, las presiones, los miedos, las envidias, las paranoias... recordar que finalmente allá afuera hay alguien que es tu otra mitad y que de que se encuentra, se encuentra.
Yo digo, ¿no?
Disclaimer: no se confunda este post con una declaración de amor o un estado de ánimo. Es más bien un estado de mente, en el cual una se siente tan bien, que hasta ganas dan de enamorarse para echar todo a perder. Seeeeeee, el amor a veces apesta las cosas.
Pero hoy, a pesar de todo y de nada, siento que cuando pasan cosas malas, sólo hay que recordar algo tan maravillosamente embrutecedor como el amor, para olvidarse de esas cositas que a veces nos hacen sentir miserables. Dejar atrás los rencores, las presiones, los miedos, las envidias, las paranoias... recordar que finalmente allá afuera hay alguien que es tu otra mitad y que de que se encuentra, se encuentra.
Yo digo, ¿no?
4 comments:
Hedwig And The Angry Inch....
sigh, te quiero mas por esto brux ^_^
muy padre, pero hay un revoltijo de dioses y mitologías.
ah si, esta peli hizo que algunos selectos musicales me gustaran, ya.
Anónimo. Estás en lo correcto... si me importara la religión.
Además, en los inicios del mundo todos los dioses eran amiguis amiguis y se llevaban bien entre ellos y le echaban montón a los pobres humanos.
Dedina. Hedwig rules. You too.
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