Weekend Update.

Este fin de semana estuvo lleno de contrastes. Muy lindo, muy divertido y muy edificante. Una espera que las cosas más satisfactorias de la vida, son las que se alcanzan con el esfuerzo propio. Pero a veces el esfuerzo colectivo es más gratificante.

Más, permítanme comenzar desde el principio. De una vez aviso que las fotos están en flickr. No quiero postearlas, para evitar la pesadez de carga.

El viernes, como varios saben, fue el cumpleaños de nuestra querida Tomatito. Así que, dispuesta a disfrutar una linda tocada de Ed, me enfilé a las Residencias Señorial a eso de las 16:00 hrs. Con chelas en mano y la pila hasta arriba, llegué para encontrarme a un decepcionado Dave afuera del edificio. Ya no había tocada. Buuu, dijimos, pero con todo nos fuimos a echar las chelas a su boudoir, Dave, Tomate, dos amigos suyos de ellos y yo. A la hora que Mirch y Gil llegaron al rendez vous point, los acompañamos en un momento más social, donde siguieron llegando los invitados de Mademoiselle Tomatié (¿ando muy francesa o es mi imaginación? juro que hoy me bañé).

Como yo tenía compromisos previos, me retiré temprano del convivio etílico (del cual me fui bastante más que entonadita, y lo digo con pena), en compañía de Gil, con el objetivo de prepararme para mi recital nocturno en el fino local de la Villa Rica de la Vera Coapa. Alicia y Chona ya se habían adelantado, mientras yo iba al hogar de Monsieur James, mi compañero de paloma. A mi llegada al Takechi, me encontré con la presencia del buen Papá Drink, Gaby, Azucena y... aquí empiezan los problemas.

Como había dicho, ya llevaba la mitad del camino andado, esos caminos del etilio que todos visitamos de vez en cuando. Mi error fue seguir caminando. Y la verdad es que estaba muy nerviosa. Sin entrar en detalles, digamos que el evento no resultó como todos esperábamos. Claro que nunca terminaré de agradecerles a todos el apoyo y los aplausos y los halagos, sin embargo sé que pude darles algo mucho mejor. Y muchas gracias a tí Rizos, por dar la cara por mí. Por ahí te ofrezco también una disculpa por quedarte mal.

Pasemos a otra cosa, dejando de lado la mamada de hablar con propiedad... me aburre después de un rato. Esa noche terminó a las 4 de la mañana, y mi sábado comenzó a las 10, cuando mi despertador repicó en mi... ¿otra vez hablando bonito? Cuando el despertador me despertó, punto. Allez, allez, a ensayar con No Name... o casi todos ellos, para la tocada en el Dada X. El ensayo estuvo bastante alentador, a pesar del pesimismo de cierta persona, cuyo nombre no mencionaré, sólo diré que comienza con J y termina con ames.

Tampoco quiero abrumarlos con detalles, sobre cómo se nos hacía cada vez más y más tarde, cómo crecía el estrés y los nervios por la desaparición inexplicable del bajista, sobre el tráfico en el centro y los incontables pendejos al volante que invaden las calles. Sólo diré que a la hora del soundcheck, ya todo estaba más tranquilo, pero con algunas dificultades.

Después del soundcheck, salimos a cenar algo, y en los tacos conocimos a Kari Potter, una estadounidense que llevaba un tiempo turisteando en México y gustaba de las queisadillias y horshatai. La invitamos a la tocada, a la que acordó llegar, aunque no lo creímos. Cuando regresamos, fue agradable ver la familiar cara del Papá Drink, con su hermano, quienes llegaron a tiempo para escucharnos.

Trataré de describir lo que sentí al subirme al escenario, desde el cual ya se podía ver toda una multitud, multicultural, multicolor y bastante subida de ánimos: NO-MA-MES. Se te va el aliento, se te dilatan las pupilas, se te ponen los pelitos de punta.

Mi colaboración con No Name salió muy bien. A pesar de que la cagué en una rolita, las demás se fueron tranquilas y muy satisfactorias. La respuesta del público, wow... definitivamente el aplauso es lo mío. Es más que evidente que No Name ya tiene su grupo bastante nutrido de fans, pero aun así, hasta los que tenían cara de hueva se movieron con Vertigo, Elevation, corearon Sunday Bloody Sunday y... bueno, la verdad no sé cómo reaccionaron conmigo, porque mientras tocaba, no volteaba a ningún lado que a los teclados. Sin embargo también me tocó un caluroso aplauso a la hora de la presentación en socieda', cero rechifla ni abucheo. Qué bonito se siente. Levanta el espíritu de una manera tan especial. Todo salió muy bien, No Name sabe su oficio y lo sabe hacer muy bien.

Y diré esto sólo una vez, porque luego se les suben los humos a la gente:

J:

Gran parte del cariño que te tengo, es por la enorme admiración que siento por tí. Eres increíblemente talentoso, y eso más que hacerme sentir envidia, me hace sentir privilegiada por conocer gente con tantísimas cosas de las que puedo aprender. No es lo mismo escucharte tocar en un ensayo que sobre un escenario. Me declaro fan (que si lleváramos credenciales, yo creo que me tocaría ser como la 134922, pero me conformo con formar parte de ese clu').

No Name:

Son la pixtola (Avión dixit). Desde mi lugar, sonaban muy chingón. Me imagino que desde abajo sonaba muchísimo mejor, por la respuesta del público. Son tan talentosos como cálidos y simpáticos y háganme un hijo pero ya. Gracias por todo, el apoyo, las palabras de aliento los parotes con los tiempos y la paciencia. Fue un enorme placer tocar con ustedes. Recibir los aplausos junto a ustedes es una de las experiencias más hermosas que he tenido.

Papa Drink:

Muchísimas gracias por ir. Y muchisisisísimas gracias por las fotos. Gracias por el apoyo a mí y a la banda. Espero que sepas que este agradecimiento es de todo corazón, que estuviste ahí al pie del cañón, no sólo escuchando a la banda, sino molestándote en tomar fotos y acá y la pose, y la mejor cara de la Brux y que esto y que lo otro. Besazos.


Aaaaaaaah, por cierto, me encontré a mi héroe en los tacazos. El Javierón, todo coqueto, que me salvó de un vergonzoso madrazo el viernes antepasado. Chido saludarte, lástima que no tocaran el viernes. Y te ves raro con la mata corta, snif. Siempre es chido ver a la banda... aunque cuando uno espera verla y no, se siente bien culero.