Wednesday, February 10, 2010

And now, as a guest star: GBOY!!

Ya lo sé. No tengo perdón de BloGod. Discúlpenme la ausencia, ¿no? Es que más bien déjenme contarles (chismearles, presumirles si quieren) que, después de una larga negligencia, Cupido se acordó de mí. Algunos dirán que "oportunamente" antes del 14 de febrero, pero eso siempre me ha tenido sin cuidado.

En fin, que es de esos romances que hasta dan miedo de tan rápido que van. A mí me da miedo. Que se nos pase el encanto tan rápido como llegó y así. Pero ps total, de mientras, lo disfruto.

Confieso que me parece rarísimo haberme enamorado de Gboy. No es rockstar, ni artista, no escribe poemas, no escucha la misma música que yo y el único gusto que compartimos es ir al cine. No es enfermizamente alto y delgado, como me gustan, ni es una loncherita, como me gustan más.

Sin embargo, reímos muchísimo: yo de sus malos chistes y él de los míos. Incluso nos gustan las mismas películas cebo, como Kung Pao, humor que poca gente entiende o aprecia. Nos echamos carrilla, viboreamos a gusto, platicamos de nuestras vidas y compartimos el placer culposo de que nos gusten los States. Él vivió varios años en Texas y yo entre que voy y vengo, me he enamorado del american way of life.

No conformes con caernos bien, nos gustamos muchísimo. Parece que a él no le importan mis brazos de murciélago o mis muslos con queso cottage. Ama mis senos y se me ha perdido más de tres veces entre las piernas. Sobretodo, tiene un crush particular con mis pies (que a fe de la verdad, están bien lindos).

En circunstancias normales, criticaría su peinado, pero no creo que haya otro estilo que le vaya mejor. Amo sus ojos de coreano y su sonrisa que sale poco para el resto del mundo, pero ha iluminado mi vida estas últimas tres semanas. Tiene unos dedos con precisión quirúrgica y unos labios deliciosos.

Su voz grave me pone la gallinita de cuero y a últimas fechas que ya pasamos del "me gustas", al "te quiero", al "te amo", me estremece que me lo diga al oído. Al grado, imaginen, que ya no quiero ir a Alaska para quedarme con él.

No suden, amigos. Sí iré a Alaska. Estoy enamorada, no pendeja. ¿Acaso hay diferencia? Bueno, el caso es que no he perdido la poca cordura que me queda.

Imaginen lo siguiente: después de años de relaciones pobres, en las que ser "independiente" era más una necesidad que un gusto, en las que pagar por mi cuenta y transportarme en mi propio auto, incluso a veces llevar al indivíduo en cuestión a su casa, era indispensable para poder salir con dicho indivíduo; en el que nadie abría mi puerta (precisamente porque yo iba manejando la gran mayoría de las veces), ni consideraba pertinente conocer a mis padres, llega un hombre chapado a la antigua si ustedes quieren, que no me permite pagar mi cuenta, mucho menos invitarle un trago, que antes de besarme me preguntó si podía hacerlo, que a pesar de trabajar de noche, hace esfuerzos considerables por despertarse temprano para ir a mi ensayo, que después de toparse accidentalmente con mis padres (y al mismo tiempo, pobre), declaró necesario que yo conociera al suyo.

¿Cómo no enamorarse? Es una experiencia nueva para mí. Después de años de representar a la morra valemadres, que todas las puede, que no necesita a nadie, que se puede amarrar las agujetas solita y que desafortunadamente ha tenido que hacerlo, llega alguien que no quiere domar esa esencia en mí, pero que se la pasa por alto y decide que, independientemente de que pueda o quiera, yo merezco más. Y me da mucho más. Sin pedirlo, me ha consentido, llevado, traído, dado, quitado y enseñado muchas cosas.

Gboy tiene una capacidad impresionante de ver a través de toda la maraña de cosas que me envuelven. Lo que pocos han podido o querido ver, por miedo o hueva. De verdad estoy un poco asustada de lo transparente que soy ante él. Cuando empecé a encariñarme con él (last week, actually), me miró directamente a los ojos y me dijo "no tengas miedo de decirlo, yo también me siento igual". Aún así, decidí callarme otro rato. Después de un rato de que me estuviera cabuleando, le dije inconscientemente "te odio tantito, pero luego recuerdo lo mucho que te quiero". Inmediatamente me quedé callada. Volteé a verlo y comprendí por qué era tan obvio para él: él tenía la misma mirada de perro al que le rascan la barriga que yo tenía.

Pasar del te quiero al te amo fue fácil. Cuando me dijo "¿Te vas un mes a Alaska? ¿Qué carajos voy a hacer UN MES sin ti?" yo estaba más que enculada, enamorada, llámenlo como quieran.

Llevamos tres días jugando a la casita. ¡Qué divertido juego! A diferencia de ese episodio tan cómodo, en esta casa nadie tiene que salir corriendo o se despide con un beso de cortesía. Nadie se va a la cama solo, esperando que el otro lo alcance, ni se tienen relaciones en silencia y mecánicas, buscando sólo saciar una necesidad física.

En esta casa, nos despertamos a la misma hora, colaboramos en la manufacturación del desayuno, comemos juntos, nos tallamos la espalda mutuamente, platicamos hasta que nos quedamos dormidos, nos tapamos si el otro se destapa a mitad de la mañana y la señora despide a su señor en la puerta con un riquísimo beso y un "que tengas un buen día".

No crean que todo es amorssss. De verdad tengo mucho miedo. Como dije, de que se nos pase el rush, de que en algún momento le encuentre algún defecto ignorado hasta el momento, que él se de cuenta que no tiene sentido estar conmigo por lo poco que tenemos en común, que mi mes en Alaska nos haga pensar "¿qué quiero realmente?" y "¿él/ella de verdad cubre mis necesidades?", que me vea de verdad enojada y salga por patas como el Negro. Además, en su ausencia me gana la ansiedad y fumo demasiado y como de más, lo que me hace pensar si no estoy obsesionada más que enamorada.

Pero luego pienso en lo que él mismo me dijo "si vives con miedo, no disfrutas nada, ¿cómo puedes sentir miedo por algo tan bonito?". Y es verdad, con un carajo: si puedo tomar una motosierra y atacar un bloque de hielo tan frágil como letal si llegara a caer sobre mí; si duermo con dos potenciales bestias de ataque que en cualquier momento pueden desconocer y atacarme directo a los ojos; si ya superé mi temor paternal y a manejar en esta ciudad, ¿por qué temer a disfrutar una relación?

Total, ya me han dejado en el pasado y de todas me he levantado, a veces nomás sacudiéndome las rodillas, a veces llorando como magdalena, pero me he levantado. Y francamente, Gboy se ha tomado demasiadas molestias, demasiados detalles, como para dudar de sus sentimientos. Wey, tantas veces que he regalado la leche y nadie ha comprado la vaca, conozco cuando alguien vale la pena y cuando alguien nomás quiere divertirse. Y para nada lo juzgo, yo misma lo he hecho.

Pero tras una reflexión con el protagonista de ese episodio de comodidad, en el que él estaba muy cómodo con lo poco que nos dábamos, y la llegada intempestiva de Gboy a mi vida, me doy cuenta que, por mucho o poco que dure, lo quiero disfrutar. El día que me harte o se harte, habrá valido totalmente la pena. Formar parte importante de la vida de alguien es tan satisfactorio. Es, a cierto grado, una forma de validación que no está de más.

Afortunada o desafortunadamente, viene Alaska. Tiempo para enfriar motores y poner las cosas en perspectiva. Hoy por hoy, nos vamos a extrañar tanto, pero ¿quién sabe? Igual nos damos cuenta que nuestra presencia en nuestras respectivas vidas no es tan necesaria. O que el panorama sin nosotros en él es mucho más amplio.

O que realmente llegamos a nuestras vidas para quedarnos. Lo cual, si me permiten confesarles, es lo que más quiero que pase.

Y sin más preámbulo, permítanme introducir a Gboy, el nuevo interés romántico de esta Bruja, a ustedes:

Se ve tan normal, ¿no? Lo más chistoso es que usa traje para trabajar. ¡Traje! No jeans y tenis, como luego me los busco. TRAJE. Y ¿saben qué? Me fascina cómo se ve.

4 comments:

*.¤ la.niña.pulpo ¤.* said...

aauuushhhh!!!

Lilo said...

Brux¡¡¡

Y después de toda esta curiosa e interesante historia de amortz... lo que más me agrada es VERTE FELIZ¡¡¡

Un abrazo enooooooooooooooorme¡¡¡

No pude ir a tu casa, pero espero verte pronto ¡¡

Hasta la vista RrrrrRRrrreina¡

sra. anilau said...

Alo Miss Brux:
No se si te acuerdes de mua, estuve en un foro que hizo Elotito y de ahi te he seguido mas o menos regularmente.

Solamente puedo recomendarte algo: disfrútalo, así sean 6 meses o 3, 10, 50 o más años, un día a la vez.

Al final las virtudes pesarán más que los defectos.

Y si me permites comentarlo, en esa foto le da un muy ligero aire al Huevo... según yo of course

saludos

P. Brux from Hell said...

Ay nanitas, ahora que lo mencionas, Anilau... tienes razón. Sí tienen como la "rudeza" en común.

Pero nah que ver. Ha de ser la patilla. Jajajajajja.

Claro que me acuerdo, tengo pocos lectores, así que me toca recordar a todos y cada uno de ustedes.