Monday, May 08, 2006

Detrás de cada ñoño, hay una más ñoñísima.

Es la historia de toooooooda mujer: en algún momento de tu vida te enamoras del tipo equivocado. Sólo que hay... habemos mujeres que lo hacemos regularmente. Generalmente las mujeres tendemos a enamorarnos de los tipos rudotes, malotes, esos chicos que tienen escrito "peligro" por todos lados. Y son como premios (¿o presas?) que nos gustaría tener para contarles a nuestras amigas. Pero generalmente son estos mismos tipos los que tanto daño nos hacen, cogen como perros y nunca nos valoran.

Bendito sea que no me atraen tanto los que son así. O será que ya cubrí mi cuota, tijijiji. El asunto es que para mi desgracia me atraen otro tipo de muchachuelos, que no termino de saber si son mejores o peores: los ñoñazos. Así es, damas y caballeros, yo prefiero los ñoñazos.

No me malinterpreten, no me gustan aquellos con mala higiene, problemas glandulares, mocasines negros con calcetas blancas y plumas en la bolsa de la camisa. Tampoco me interesan los trekkies, los asiduos asistentes a los comicons (confieso que he ido a varios, pero no soy asidua), ni los que se mueren si encuentran un Darth Vader en perfecto estado y dentro de su empaque original.

Es peor.

Tengo la tendencia de meterme con ñoños que ni me pelan. Así es. Ejemplo: mi amigo P. Conocí a P. en la universidad e inmediatamente me gustó. Así, chiquito, flaquito, morenito, con lentes de pasta negros y... ups, demasiada información. El caso es que la pasaba muy padre con él, echando desmadre, molestando a los compañeros, platicando de muchísimas cosas. Para nada del tipo galán, para nada del tipo rudo. Al contrario, un ñoño con hartos pedos, inseguridades y, para acabarla de chingar, clavado con otra mujersh.

Y su típico "bujú, es que no me pela, nadie me pela" y la otra pendeja al lado "ps es que no sabes donde buscar, piensas que nadie te pela pero no te das cuenta". Y él "no no, estoy tan gacho que nadie me pela, bujujú". Entonces, si no era ella la que lo pelara, nada más contaba. Esta servidora suya de ustedes no contaba.

O lo mismo con, digamos, el espécimen de la prepa. Feito, medio traumado, con pedos y con ganas de andar con la vieja más gacha y pirujona de la clase. Y la siempre fiel amiga al lado, nomás poniendo los ojos en blanco cada que el cuate hacía una pendejada, pensando: "¿cuándo será mi turno?". Nunca lo fue.

Esta onda me vino a la mente después de ver Clone High. Para el personaje de Joan of Arc se basaron en mí como en el 85%, dejando de lado la cinturita y la enorme y sensual boca. Pero es así como mi reflejo. Tendrían que verlo: la manera en que Lincoln no pela a la fiel Joan, la manera en que él babea por Cleo, sabiendo que no es la opción correcta para él. Joan sabe eso también y está constantemente recordándoselo a Abe, pero él insiste en irse con Cleo, quien eventualmente lo dañará.

La pregunta essss: ¿algún día Joan of Arc, la chica buena y comprensiva captará la atención de Abe? ¿Cuándo mi ñoño por fin me haga caso? ¿Cuándo me toca? ¿Por qué no me atraen los chicos malos como al resto de la mayoría de las mujeres? ¿Tendré que conformarme con eso? Y finalmente: ¿cuándo llegará un nuevo ñoño a poner mi mundo de cabeza? Es que ya me harté de los mismos de siempre, que además de que no me pelan son cada vez más ñoñaxos, ush...


1 comment:

Seymus said...

me recordaste eso de la prepa... digo no está al pie de la letra tal como me pasó pero hay muchas verdades. Y ya no le sigo porque mi mujer me va a madrear, pero no te preocupes somos mucho más los ñoños que los caritas y galanes.