Algunos recordarán que les conté acerca de mi pequeña e íntima actividad de ir al lago con Bisquet. Bueno, pues también estarán enterados de lo sucedido con el lago y sus habitantes. Me refiero al lago de Chapultepec, que hace poco sufrió una fisura y se llevó consigo una gran cantidad de mojarritas (las otras las rescataron y las mandaron a Texcoco; qué bajón de status social, pobres).
Desde que sucedió no había vuelto, pero este 2 de julio fui por la tarde y sentí bien feo de ver algo que otrora lleno de vida, ahora parece un lugar olvidado de Dios. Aunque su belleza no radica sólo en el espacio con agua, sí una gran parte, porque se ve triste y desolado.
Se nota sí, que están trabajando duro para repararlo y que vuelva a su esplendor pronto. Espero que sí, porque extraño las mañanas de paseo con el Bis, el juguito de naranja sentada en el pasto, los perros deportistas que nadan para buscar la pelota, el bullicio tempranero de las orillas del lago (excepto que involucre niños ruidosos).
Espero que antes de que termine el año recuperemos nuestro lago, o que me hagan caso a mi idea y que en Diciembre lo medio llenen, lo congelen y hagan una hermosa y enorme pista de hielo para las fiestas. ¿A poco no sería la onda? Y espero que no traigan de vuelta a las mojarritas, así le quitamos tentaciones al pobre Bisquet.
En otras noticas, el mercado de las galletas de animalitos está a la baja, debido al descenso de su consumo en el lago. Lo mismo sucede con las finanzas de los restaurantes Meridiem, Café del Lago y Restaurante del Lago, quienes, a pesar de seguir contando con su clientela habitual, han perdido el mercado casual del caminante de terraza snob sediento por un vaso de refresco, pero que no se permite ser visto tomando directo de la botella.
Noticia de última hora!!: Mañana comenzarán a rellenar el lago nuevamente, por lo menos una porción. ¡Buaaaaa, qué emoción!
Desde que sucedió no había vuelto, pero este 2 de julio fui por la tarde y sentí bien feo de ver algo que otrora lleno de vida, ahora parece un lugar olvidado de Dios. Aunque su belleza no radica sólo en el espacio con agua, sí una gran parte, porque se ve triste y desolado.
Se nota sí, que están trabajando duro para repararlo y que vuelva a su esplendor pronto. Espero que sí, porque extraño las mañanas de paseo con el Bis, el juguito de naranja sentada en el pasto, los perros deportistas que nadan para buscar la pelota, el bullicio tempranero de las orillas del lago (excepto que involucre niños ruidosos).
Espero que antes de que termine el año recuperemos nuestro lago, o que me hagan caso a mi idea y que en Diciembre lo medio llenen, lo congelen y hagan una hermosa y enorme pista de hielo para las fiestas. ¿A poco no sería la onda? Y espero que no traigan de vuelta a las mojarritas, así le quitamos tentaciones al pobre Bisquet.
En otras noticas, el mercado de las galletas de animalitos está a la baja, debido al descenso de su consumo en el lago. Lo mismo sucede con las finanzas de los restaurantes Meridiem, Café del Lago y Restaurante del Lago, quienes, a pesar de seguir contando con su clientela habitual, han perdido el mercado casual del caminante de terraza snob sediento por un vaso de refresco, pero que no se permite ser visto tomando directo de la botella.
Noticia de última hora!!: Mañana comenzarán a rellenar el lago nuevamente, por lo menos una porción. ¡Buaaaaa, qué emoción!
1 comment:
jajaja pobres mojarritas.. mejor se hubiesen muerto bruxxis? n fin jaja tenia muchosinnleeer tu blog ;) nice nice
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